PRI, un partido con historia

Los mejores tiempos

En sus mejores tiempos, el PRI era un partido fuerte, competitivo y con credibilidad. Era grato observar en las reuniones la presencia de campesinos, profesionistas, obreros, jóvenes, mujeres –aunque pocas– y dirigentes; todos(as) queríamos estar dentro y colaborar en las tareas asignadas. Sus integrantes participábamos en causas justas, acciones de solución a problemas reales. Valores como la lealtad y la unidad estaban presentes.

Su historia se divulgaba en pequeñas reuniones al interior de las comunidades. Había cercanía. El Partido no es culpable de la realidad que estamos viviendo, los priistas con nuestro actuar hemos contribuido, indudablemente, a su desprestigio o engrandecimiento.

Un partido es fuerte porque sus integrantes lo respaldan. Los intereses comunes, y no personales, son otro elemento que posibilita el progreso. La lealtad a las causas y a las personas genera avance, por el contrario, la simulación ayuda al estancamiento o retroceso. Actualmente estamos en crisis, a consecuencia de innumerables factores y circunstancias: la sociedad es más exigente, falta cercanía hacia la ciudadanía, además de la formación de líderes generacionales. Anteriormente no era preocupación ganar una elección, más bien, la dificultad radicaba en ser nombrado candidato(a).

La subjetividad entre lo bueno y lo malo

En lo subjetivo, los sentimientos direccionan el significado. Lo bueno y lo malo son términos relativos, su concepto depende de quien describe.

Acciones como la simulación, los nombramientos de protocolo, la soberbia y la inclusión, por cierto… ¿idea equivocada?, en su interacción afectan los resultados.

Ha habido grandes aciertos y se han cometido errores –muchos–. Desde mi punto de vista, el otorgar nombramientos o candidaturas por protocolo o compromiso, y no por merecimiento, demerita la responsabilidad y credibilidad.

Al mismo tiempo, la soberbia con la que muchas veces actuamos repercute negativamente, aunque claro, no es fácil de aceptar. El tema de la inclusión es tal vez una idea equivocada, no siempre favorece. La presencia de todos(as) es un tema de análisis en cuanto a beneficio colectivo. Estamos inmersos en una sociedad cambiante, con ideales y aspiraciones.

Celia Durán Terrazas
Comisionada de la Comisión Estatal de Procesos Internos

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