¿Hartos de los partidos políticos o la sociedad ha perdido valores?

¿Los ciudadanos están hartos de los partidos políticos o desconfía del núcleo social de hoy en día? Retomemos la etimología y un poco de historia para refrescar nuestra información y poder caminar a lo largo de este artículo.

Etimológicamente sociedad proviene del latín societas (gen sociatis) que significa compañerismo, asociación, unión que deriva del término socius y éste a su vez procede de una raíz indoeuropea que representa las palabras “seguir” o “acompañar”. Sociedad sería entonces, según su etimología, la unión o conjunto de socios.

La palabra política proviene del latín politicus y ésta a su vez del griego politikós, vinculado con el vocablo politikē: “referente a los ciudadanos”. En la Antigua Grecia se llamaba polis a la ciudad, y por extensión al conjunto de la sociedad, es decir, a la ciudadanía. Por eso al arte de administrar lo social se le decía politiké techné: “El arte de vivir en sociedad”.

Ahora sí, contando con dichas definiciones y comprendiendo que nosotros somos seres sociables que vivimos en comunidad y requerimos que ésta sea organizada, y encontrándonos en el siglo XXI como una sociedad, resultado de 3 factores, como se mencionan en el libro de La psicología del mexicano, en su capítulo 3, en donde nuestra naturaleza, psicológica, social, política y económica ha venido en constante cambio; por ello nuestra sociedad y comportamiento es diferente en cada época. Los 3 factores son los siguientes:

  1. El factor indígena, que se caracteriza por ser la cultura dominante, estos tenían una forma de pensar en donde la dinámica del universo era concebida en forma análoga a la naturaleza que nace, crece, llega a la plenitud, decae y muere; pensaban que había diferentes mundos, pero cada uno de ellos acababa en la destrucción total.

El hombre creía que había sido creado para AYUDAR y adornar a los DIOSES y como el dios Huitzilopochtli cada día perdía fuerza, había que fortalecerlo con la fuente de la vida, esto se hacía con la sangre humana, de allí surgieron los SACRIFICIOS.

El factor hispano-cristiano, la cultura de los CONQUISTADORES. Sin embargo, en la sociedad del Virreinato no sólo se trata de elementos simples (los indios y españoles). En la nueva España se integraron dos sincretismos híbridos y heterogéneos: el CATOLICISMO español del siglo XVI y la cultura azteca de la misma época.

Es por ello por lo que el año de 1942 fue un gran final y un gran inicio, año en que terminó la conquista española contra los moros y también fue el año en que se dio el descubrimiento de América e inició la llamada COLONIZACIÓN y conquista.

  1. El factor anglosajón, cultura CAPITALISTA se vuelca sobre nosotros desde el país del norte.

El CHOQUE DE LAS CULTURAS, decir encuentro o conquista o EVANGELIZACIÓN es una forma menos vulgar para decir lo que en realidad fue un choque violento y una guerra despiadada.

Entendemos, con lo anterior, que cada etapa de México se desarrolla bajo un comportamiento diferente de acuerdo con el momento y sus necesidades. Podemos encontrar líneas arriba palabras que resalte en mayúsculas como ayudar, dioses, sacrificios, conquistadores, catolicismo, colonización, capitalismo, choque de culturas y evangelización; con la visualización de estas palabras podemos encontrarnos con un mexicano, servicial, que trabaja en comuna, sometido a ideas sociales, religiosas y económicas, dependientes de culturas y economías ajenas al ser natural de un territorio propio. Y este es el inicio del desarrollo en sociedad del mexicano, que a través de los años seguimos manteniendo un comportamiento indefinido, era nuestra naturaleza el servicio, el ayudar a nuestros iguales con la garantía única de la palabra, ésta sostenida en la empatía y credibilidad de una igualdad social.

Y si nos remontamos al siglo XX, cuando surgen los partidos políticos con el objetivo de salvaguardar las ideas y necesidades sociales que puedan contribuir al mejoramiento continuo de sus miembros y, a su vez, al de la sociedad en general, ante una sociedad ávida de orden, estructura, amor al territorio, identidad y ganas de un continuo desarrollo y mejoramiento; claro que el sistema de partidos políticos fue aceptado por la sociedad, en su mayoría, ya que siempre, siempre, habrá sectores sociales en desacuerdo, pero no en su totalidad; existe el desacuerdo en puntos de vista, en acciones, en personas en específico, el gobiernos, etc., pero molestias focalizadas, ya que los ciudadanos preocupados y ocupados por el bien de México reconocemos la importancia de las instituciones que dan forma, legalidad y desarrollo a las políticas públicas que se desarrollan en beneficio de la ciudadanía, partidos y gobiernos, dejando claro en este escrito que no estoy enfocándome en beneficio de un partido político, sino del sistema de partidos políticos en general.

Los partidos políticos, todos porque somos un sistema, se han deteriorado, hemos caído en la desconfianza social, en donde hablar de un político es hablar de cosas negativas; es aquí donde llega mi desconcierto como parte de la sociedad, pero también como militante de un partido político, mi núcleo social está harto realmente de los políticos y sus partidos o ya existe una desconfianza social y falta de empatía entre nosotros los ciudadanos.

La sociedad de algunos años atrás, sin ser o interpretar el comportamiento desde un punto de vista psicológico o sociólogo, sino como simple ciudadana, ha venido desgastándose; podemos escuchar en conversaciones de reuniones sociales la añoranza de la convivencia libre y segura de los niños, adolescentes y adultos y la manera lamentable de la destrucción del tejido social y sus valores. Existen temas que vamos normalizando como la inseguridad en las escuelas, en donde hoy, en el siglo XXI, escuchamos y comprobamos la falta de respeto entre niños, jóvenes, docentes y padres de familia, el ingresar a planteles con armas blancas o de fuego para amedrentar o lastimar y hasta matar a compañeros y la falta continua de credibilidad en reglamentos internos.

La desintegración familiar en donde hoy escuchamos en las calles la preocupación de los padres al intentar corregir en algunos casos a sus hijos por miedo, sí por miedo, de una respuesta agresiva del hijo al padre, como en ocasiones de padres a hijos.

La desaparición forzada de personas, la mayoría de éstas por algún familiar o conocido, estoy de acuerdo que siempre han existido estas problemáticas, pero no con tal frecuencia y agresión de esta naturaleza.

Una sociedad en la que cada día con más frecuencia escuchas: “le preste dinero y no me pagó; quedó de entregarme el material y no llegó; la calidad del producto era mala y pague un dineral por ella; la iglesia cobra carísimo por decir una misa; el policía me pidió mordida para no infraccionarme; ¿real o no?” Y en esta última expresión que encuadra al sector público, es claro entender que la corrupción es una pelota de ida y vuelta, tanto el que ofrece y el que recibe y aquí como en muchos temas cambia el dedo que señala; la corrupción no es gubernamental o política solamente sino ciudadana. Entones ¿estamos hartos de los partidos políticos? o ¿la sociedad ha perdido valores que nos den fortaleza y credibilidad ciudadana para mejorar nuestros sistemas políticos y de gobierno? Porque no debemos olvidar que un político es finalmente un ciudadano.

Y creo que en primer término, como individuos, tenemos muchos que hacer y mejorar, estamos en deuda enorme con nuestro territorio, con nuestro México; empecemos de manera individual: que hago yo en beneficio de mi entorno, en bien de mi sociedad, trabajar desde mi trinchera para brindar seguridad y desarrollo social, focalizar nuestros esfuerzos primero individuales y logrando ello sociales, y ser cooperativos con nuestros gobiernos y exigir a nuestros políticos pero siempre antes comenzando por nosotros mismos, sin señalar errores que quizá comienzan por mí; y estoy segura que recuperando y reconstruyéndonos como una sociedad de valores podemos rescatar a México y aquí de manera mágica hablar de partidos y gobierno deja de ser importante, ya que teniendo una sociedad sólida, tendremos por añadidura buenos políticos y buenos gobiernos.

Lucia Galicia Medina


Publicación de divulgación, correspondiente al segundo trimestre del ejercicio fiscal 2021.

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