Inseguridad y pactos

Abrazos no balazos… En tres palabras se resume la “política” en materia de seguridad del gobierno federal; y en tres palabras podemos decir cual es el resultado: “México se desangra”.

Existen demasiadas señales de que la seguridad sólo es un mal chiste para el presidente López Obrador, para muestra los siguientes compromisos como candidato:

  • Regresar a los militares a los cuarteles.
  • Disminuir los homicidios.
  • Desarmar a los carteles.
  • Atender el problema de las personas desaparecidas.

Contrario a lo que prometió, los militares no sólo no han regresado a los cuarteles, sino que se les ha otorgado poder para administrar aeropuertos, aduanas, construir bancos, etc.

En materia de homicidios dolosos, el cuarto año del gobierno de López Obrador cierra con cifra récord de 137 mil 500 asesinatos, según cifras de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en su informe diario, al 30 de noviembre de 2022, cerrando el mes de noviembre con 2 mil 71 asesinatos; mientras el gobierno federal festeja una disminución porcentual respecto a la tendencia, lo cierto es que esta cifra ya rebasó el total de asesinatos en todo el sexenio del presidente Peña Nieto.

De lo anterior podemos dar fe todos los días de lo que pasa en todo el país, de la violencia a través de imágenes y videos que circulan por medios electrónicos.

En lo que corresponde a desarmar a los carteles, la muestra mas clara de la verdadera intención lo fue “el culiacanazo”, no sólo por la orden que emitió el propio presidente, sino por la cadena de mentiras e inconsistencias que mantuvo sobre el desarrollo de los hechos; previo a su confesión en la mañanera, escuchamos de viva voz del presidente pedir que a los criminales se les trate con respeto, argumentando que son personas, así como todo el apoyo que le brindó a la familia del famoso narcotraficante “El Chapo Guzmán”, a quien pidió se le llamara “señor” Joaquín Archivaldo Guzmán Loera. Sin olvidar que en el 2020 saludó a su señora madre en su propia tierra, mientras a los padres de víctimas y desaparecidos no los quiere recibir.

Recientemente el presidente se molestó porque el periodista Sergio Sarmiento le pregunto “¿Por qué sus constantes visitas a Sinaloa, en particular a Badiraguato?”; lo más aberrante de esta realidad es que ser periodista, padre de un niño con cáncer, feminista u opositor a su proyecto de gobierno, el presidente lo considera más criminal que ser narcotraficante.

En el tema de personas desaparecidas en este sexenio, suman 30 mil de 2018 a la fecha, siendo una tristeza el poco o nulo apoyo que este gobierno brinda a los colectivos y familiares de personas que luchan por encontrar a sus seres queridos. Quienes viven el dolor de esta amarga situación, además de ser ignorados son amenazados y en ocasiones victimados por no dejar de buscar; muestra de ello es que en la marcha del pasado 27 de noviembre, convocada por el presidente para festejar su cuarto año de gobierno, integrantes del colectivo “glorieta de las y de los desaparecidos” se hicieron presentes para mostrarle al presidente los rostros de personas que no se localizan, a lo que el presidente simplemente les ignoró.

Ante un gobierno que no cuenta con una política real en materia de seguridad, y que un día y otro también distrae la atención del país con chistes, canciones o temas banales, la realidad es que cada día el crimen organizado sigue expandiendo sus dominios, y en ocasiones la lucha encarnizada por las plazas en cada estado alcanza más gente inocente.

Hace tiempo parece que perdimos la capacidad de asombro e indignación por ver aberraciones como cabezas en las calles, masacres a familias enteras, incluyendo niños y bebes; hemos visto hasta fusilamientos masivos y a personas realizando actos de canibalismo en tiempo real con sus víctimas.

Hace unos días fuimos testigos como el estado de Zacatecas parecía estar en sitio por el crimen organizado, a lo que la respuesta del presidente fue sólo de minimizar la situación. No es fácil poder imaginar lo que siente una madre de familia corriendo por la calle de la mano de su hija, en medio de las balas, o de una jovencita protegiendo con su cuerpo a su hermana menor en el piso, mientras sicarios pasan cerca disparando a diestra y siniestra, tampoco lo que pensara una maestra mientras pide a sus alumnos que permanezcan en el piso de un aula mientras se escuchan balazos. A todo esto, sólo puedo pensar que exista o no un pacto con el crimen organizado, las autoridades se vuelven cómplices por su hacer o dejar pasar tanta violencia.

A este gobierno le queda poco, pero lo único que le interesa es quien seguirá con su proyecto, lo que sí es claro es que la violencia y la barbarie sigue creciendo, cada día las drogas circulan con mas facilidad en las calles, las noticias de violencia sólo son un número más, los estados que hoy en día todavía mantienen cierta paz no están exentos de transformarse en nuevos bastiones de criminales.

En Querétaro, en semanas recientes vimos la aparición de narco mantas en varios municipios, comandancias baleadas, autos calcinados, cosas no comunes; posteriormente el refuerzo del ejercito y la guardia nacional, “malas señales”. No debemos olvidar que estamos a minutos de nuestro vecino Guanajuato, uno de los estados mas violentos por el crimen organizado.

Por último, en las recientes elecciones del 2021, se habló de 88 políticos muertos, 34 eran candidatos, 84 % eran de oposición al gobierno actual; esto deja ver que el crimen organizado puede intervenir y, en su caso, tener control de los gobiernos en turno. Ante esta realidad cierro con el comentario del inquilino de palacio que al cierre del proceso electoral 2021 dijo: “que los delincuentes se habían portado bien”…

Comparto con ustedes todo lo anterior convencido que debemos hacer nuestra parte para decidir y lograr el México que deseamos ser.

Saúl Solís Franco
Presidente del Comité Municipal del PRI – Corregidora


Publicación de divulgación, correspondiente al tercer trimestre del ejercicio fiscal 2021.

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