El llamado a la acción
Después de la pandemia del Covid-19 que paralizó al mundo poco más de dos años; de un reajuste en los patrones convencionales de convivencia, que abrió paso a nuevas formas de interacción social por medios remotos; de enfrentar al desánimo y el impacto emocional en millones de personas por la pérdida, directa o indirecta, de familiares; de enfrentar nuevos fenómenos políticos y sociales en todo el globo; es innegable que hay un antes y un después de la pandemia.
Con esta reflexión, planteamos como propósito establecer, arbitrariamente, un punto de partida para el amable lector, respecto de la necesidad de repensar la realidad que vivimos desde el enfoque de la vida pública de nuestro país, relatada desde la modesta visión de un militante priista y con la muy ambiciosa pretensión de llamarnos a la acción, de cara a los procesos electorales que estamos iniciando en el Estado de México y Coahuila, para elegir gobernador, y, en el caso de Coahuila, también diputados locales.
Debo decir que desde que tengo memoria recuerdo haber escuchado, en las distintas charlas de quienes eran “adultos” en ese momento, fuertes críticas en contra del desempeño del gobierno, cuya identificación con el Partido Revolucionario Institucional era innegable; y las hacían con muchos argumentos. Sin embargo, también había un elemento común en todas ellas: un reconocimiento a la investidura presidencial que implicaba también el señalamiento de las acciones positivas del gobierno.
Tomando el cliché de una frase atribuida a las personas mayores, diríamos que “eran otros tiempos”. Hoy el mundo es otro. De ahí la referencia inicial de este comentario. Hoy día la crítica es más inmediata e implacable. Su volumen es alto y, en muchas ocasiones, hasta estridente; incluso, proveniente de cientos de miles de opiniones que sostienen férreos y acalorados debates con opiniones a favor o en contra de los sucesos cotidianos y de las decisiones de gobierno. Lamentablemente, también con un profundo desánimo, que las hace carecer del ingrediente más importante para lograr los cambios que necesitan las sociedades más desarrolladas y democráticas: la acción.
Hoy podemos ver miles de opiniones en Twitter diciendo que es terrible y lamentable la destrucción del medioambiente. ¿Son importantes y útiles esas opiniones? ¡Definitivamente que sí!, pero ¿son todo lo que se necesita para que las cosas cambien? Pienso que no.
Falta la acción política y la interacción social. Por ello es importante que tomemos acción discutiendo los temas fundamentales del país. En la teoría política, la forma más básica de participación es el voto. Es necesario que todos expresemos nuestra voluntad política con el voto.
El desafío es doble. Si en condiciones de “regularidad” o “normalidad”, por lo que a la salud pública se refiere, siempre ha sido un gran reto convocar a los ciudadanos a votar, hoy con la pandemia y el desánimo social, esa dificultad se incrementa.
Por eso es por lo que corresponde a los partidos políticos tomar un papel mucho más activo y protagónico para lograr esa tarea. México lo necesita.
Tenemos que abrir más y novedosos espacios para el debate público de los temas trascendentales del país. Esto no sólo es necesario, ¡es urgente! Y la razón es muy simple y salta con facilidad a la vista: si el mundo está evolucionando con gran rapidez, también es necesario lograr, con esa velocidad, la construcción de un debate serio y profundo sobre el camino que debemos seguir para lograr el país que queremos. Es necesario trazar un “plan de vuelo” que nos dé certeza sobre el lugar al que queremos ir y sobre cómo llegar ahí. Un plan de vuelo que nos incluya a todos, por la simple y llana razón de que sea el producto de las aspiraciones e ideas de todos. Y si no a todos –dado lo utópico de la afirmación– al menos a la mayoría. Debemos evitar que la locura de un solo hombre nos haga dar tumbos y vueltas en círculo sin llegar a nada.
Por eso es fundamental la participación. Ya como generadores de ideas, ya como articuladores de programas y planes de gobierno, ya como operadores de estrategias. Todos podemos participar y abonar con nuestras pequeñas acciones que se conviertan en grandes acciones de cambio.
Omar Víctor Cuesta Pérez
Secretario General de Acuerdos de la Comisión
Nacional de Justicia Partidaria del PRI Nacional