La ruta de la Independencia de México
El 13 de septiembre de 1810, Josefa Ortiz de Domínguez, la “corregidora”, se encontraba bajo arresto domiciliario en su propia casa, ordenado por su esposo, el Corregidor Miguel Domínguez. Aunque Miguel Domínguez inicialmente apoyaba la causa de la Independencia de México, su posición privilegiada en el gobierno virreinal le llevó a renunciar a sus ideales y colaborar con las autoridades para detener a los conspiradores. Su decisión de encarcelar a su esposa fue una medida para evitar que ella alertara a los insurgentes sobre la inminente detención y así frenar el movimiento por la Independencia.
A pesar de su confinamiento, Josefa Ortiz de Domínguez ideó una forma de enviar una advertencia a los conspiradores por medio de José Ignacio Guadalupe Pérez Álvarez, alcaide de la cárcel y amigo cercano; Josefa Ortiz utilizó como señal y para que acudiera Ignacio Pérez a donde estaba retenida tres golpes con el tacón sobre el suelo. Tras esta señal acudió el alcaide Ignacio Pérez a ver que se le ofrecía y la “corregidora” le informó que la conspiración había sido descubierta y que era urgente transmitir un mensaje a los líderes insurgentes.
Ante la gravedad de la situación, Josefa le pidió a Pérez que viajara con urgencia para informar a Ignacio Allende y Miguel Hidalgo de la amenaza.
Ignacio Pérez, al recibir el aviso, se dirigió rápidamente a su aposento para prepararse y salir lo más rápido posible a informar sobre el descubrimiento de la conspiración y la inminente captura de los conspiradores.
A la mañana del 14 de septiembre de 1810, Ignacio Pérez partió de Querétaro a caballo, emprendiendo un peligroso y agotador viaje hacia San Miguel el grande, donde se encontraban algunos de los líderes insurgentes. En el trayecto, en el pueblo de Jalpa, tuvo que cambiar de caballo debido al cansancio del primero. A pesar de los obstáculos, Pérez continuó su ruta con determinación.
Finalmente, Ignacio Pérez llegó a San Miguel el grande, hoy San Miguel de Allende, donde se encontró con Juan Aldama. Juntos continuaron hacia el pueblo de Dolores, actualmente Dolores Hidalgo, donde Pérez llegó entrada la noche del 15 de septiembre. Allí, informó a Miguel Hidalgo y a Ignacio Allende sobre el descubrimiento de la conspiración y la urgencia de iniciar el movimiento. Este aviso permitió a Hidalgo convocar a la población para el Grito de Dolores en la madrugada del 16 de septiembre, marcando el inicio de la Guerra de Independencia de México.
La travesía de Ignacio Pérez Álvarez, recorriendo el Camino Real de Tierra Adentro desde Querétaro hasta Dolores Hidalgo, fue crucial para el éxito del movimiento independentista. Su valentía y rapidez en llevar el mensaje de advertencia transformaron su acto en un evento histórico, posicionándolo como un héroe nacional cuyo heroísmo ayudó a desencadenar el movimiento que finalmente llevó a la Independencia de México.
Pablo Meré Alcocer
Presidente del Comité Municipal del PRI en Querétaro
Publicación de divulgación, correspondiente al primer trimestre del ejercicio fiscal 2024.