Marca personal, la estrategia de un buen candidato
Lucia Galicia Medina
Las elecciones son un sistema democrático en donde se expresa la voluntad ciudadana, misma que es dirigida por un proceso de comunicación política, en donde la marca, la esencia del candidato, es la envoltura perfecta de todo un esquema de estrategia política sobre la cual se desarrolla una campaña.
Las campañas buscan diferentes efectos, como un clima político propicio del voto, jerarquizar temas relacionados con la problemática social y construcción de una imagen positiva del candidato, es decir, su marca personal, que buscará ser empático con esa masa social a quien ira dirigido.
¡¡OJO!! Cuando hablamos de marca personal no podemos separarla de un todo que llamamos campaña política, ya que como mencioné líneas arriba la marca del candidato es la envoltura de toda estrategia focalizada, es decir, electoral, aire y tierra; es el estandarte de presentación, es el resumen de todo un equipo de trabajo, es la persona, es el candidato, su imagen y su mensaje verbal y corporal.
Gerardo Dorantes menciona, en uno de sus artículos de Procesos Electorales y Democracia, que las sociedades democráticas suelen representar a las campañas políticas como un juego de tres participantes: 1) el candidato, 2) los medios y 3) el votante, el triángulo dorado electoral, en donde cada uno de ellos tiene su propia agenda, si con coincidencias de un objetivo general, pero con temas específicos y particulares; y es aquí en donde si encontramos esa conexión exacta del objetivo general, en donde los intereses se crucen con las necesidades y soluciones obtendremos la fusión en donde un proyecto tiene identidad social del lado donde lo mires. El ciudadano encontrará solución a sus necesidades y el candidato sustento en sus políticas públicas, ambos de la mano de los medios, los cuales difundirán y proyectarán, desde una visión ciudadana, la visión política y estratégica de un candidato.
En el mundo y desarrollo de las campañas he visualizado dos tipos de agenda de campañas, como determinantes del voto, en contraste del poder de los partidos políticos y la influencia de la ideología, punto importantísimo dentro de los partidos políticos y sus candidatos, una ideología clara en la cual sustentar una campaña política brindará un camino claro por el cual perseguir un objetivo; campañas que son dirigidas con ideologías estrictamente claras en un campo de acción general y enfocadas y delimitadas territorialmente conforme a su esfera jurisdiccional darán como resultado planteamientos y acciones reales y no candidatos que irresponsablemente brinden soluciones a todos los planteamientos expuestos por la ciudadanía, trayendo con ello en caso de triunfo el no cumplimiento de promesas y gobiernos deficientes, y de no obtener un triunfo la desacreditación personal del candidato y del partido político. Por ello que esto lo marcaría en mayúsculas y letras rojas ya que es una gran área de oportunidad para todos los partidos, poner especial cuidado en la ideología y objetivos generales, de manera estricta, para no tener candidatos vendiendo espejos a la ciudadanía que quizá no puedan cumplir. En el caso del Partido Revolucionario Institucional tendrá que ser base para ello el Programa de Acción, votado por el máximo órgano institucional que es la Asamblea Nacional.
Y por otro lado, podemos determinar que los atributos de los candidatos pueden llegar a ser lo que más cuente: carisma, físico, humildad, empatía, etc.
En consecuencia, la marca personal y la agenda de campaña se hace a la medida de los gustos y preferencias electorales. Es por ello que, desde mi óptica, no debemos manejar ideologías o estrategias de campaña independientes a la marca del candidato, esto bajo la emergencia de integrar especialistas, que son la fuerza dominante de las campañas, de sus agendas, contenidos, discursos, proceso electoral, etc., que serán los que puedan establecer estrategias complementarias entre ideología y atributos del candidato y, como lo vengo mencionando, direccionar un todo que será la marca personal del candidato para cubrir lo que busca el electorado en una sola persona.
Y aquí la importancia del tercer elemento, reclutar un equipo de relaciones públicas profesional en sistemas audiovisuales; éste elabora el paquete informativo y promocionales a manera de publicidad política. Con ello se buscará incidir en las agendas mediática y pública, esto, siendo trabajo de los consejeros o profesionistas para la construcción del espectáculo político.
Todo ello siempre recae en la marca personal, el candidato es la atracción principal de su campaña, es el concentrado visual y tangible de toda la estrategia política que hay detrás de él para ganar una elección y así no concluir, como en ocasiones ocurre, que las campañas se limitan a simples concursos de popularidad, basadas en apariencias, o que no sirvan para propósito alguno. Tampoco que sean un espectáculo de desatino carente de realidad, en la cual los electores se contentan con examinar las características físicas del candidato; no, significa que las campañas sean un espacio intelectual de diálogo, sustentado en la evidencia, la argumentación y propuestas universales que le devuelva a la política práctica un carácter de extrema racionalidad.
Sin embargo, una posición, aunque pequeña se pensaría, de los votantes consideran que la campaña es realmente una competencia, una carrera de resistencia, algo tan sencillo como si no existiera impacto a la vida de cada uno de los ciudadanos; aunque prueba de ello, sin entrar en debate, es que al término de una elección, con gobiernos puestos en marcha, recae o debería de recaer una enorme responsabilidad social de la inconformidad de los gobiernos ante las reales demandas ciudadanas; una por ineficiencia para lograr los planteamientos y otra ante nuestra irresponsable decisión de elección al momento de sufragar un voto o al no participar ni enfrentar socialmente nuestros de acuerdos comunitarios, mediante la participación, de la mano de los gobiernos o la exigencia de cumplimiento.
Podría continuar con el tema e irnos a enfoques estratégicos más exactos y desarrollar los mismos, pero por ahora debo concluir diciendo que los expertos no son magos, son estrategas ante planteamientos de tiempo, modo y lugar; pero la marca personal del candidato es humildad, corazón, respeto y voluntad; a partir de un gran ser humano, podemos construir grandes y exitosos candidatos que lleguen a ser valiosos gobernantes.
Sin seres humanos en la política sólo tendremos directivos basados en números y objetivos, con el único fin de cumplir metas, pero sin Amor a México para su desarrollo y evolución de un territorio y su gente.
Publicación de divulgación, correspondiente al segundo trimestre del ejercicio fiscal 2019.