El populismo en México

A días de la marcha convocada por el presidente López Obrador queda demostrado que el populismo se nutre de resentimiento, desinformación, pero sobre todo ignorancia. Al combinar estos elementos se obtiene un coctel que sólo un megalómano puede hacer suyo.

A este modelo de gobierno no le interesa la ley o la verdad, sus adeptos toman como dogma de fe, lo que el líder piense y exprese, no importando que la lógica o la razón existan. Ellos necesitan creer. ¿Pero qué piden a cambio los creyentes?, deben recibir una muestra de que están en lo correcto: para lo cual existe un intercambio económico o de intereses (programas sociales o apoyos). Aquí esta la fórmula perfecta de esa popularidad manifiesta.

La mala noticia es que el dinero y los recursos son finitos, muestra de ello es que este gobierno ya se acabó los ahorros que se hicieron en veinte años por sus antecesores; además que actualmente la deuda pública en este sexenio aumentó un 25%; para rematar, el presupuesto aprobado de 8.3 billones para el 2023, de los cuales se autoriza un aumento de 1.2 billones de deuda interna, donde la ley contempla hasta un monto de 5 mil millones de dólares.

Por esto y más, a las personas que aplauden a ciegas a un mesías tropical cada mañana, y lo defienden incondicionalmente, las cifras y las leyes les causan dolor de cabeza, sólo quieren creer frases como: “Ya se acabó la corrupción”, “no somos iguales”, “sólo vivo con 200 pesos”, etc.

Para su tranquilidad esto es suficiente, mientras los graves problemas del país se agravan y se enquistan en la vida cotidiana.

Para todos los que hoy reciben esos apoyos les tengo malas noticias: el dinero se acaba, y cuando la economía ya no pueda solventar sus dádivas, ustedes serán los más afectados, porque quienes no recibimos esos apoyos y en cambio pagamos impuestos, esas crisis venideras nos harán trabajar más, o en su caso cambiar de actividades; pero al inevitable aumento de precios que por lógica vendrá, los alimentos, medicinas y otros temas básicos, estarán fuera de alcance de las clases más desprotegidas.

Y quiero que quede claro, no es clasismo ni racismo, es una realidad que países como Cuba o Venezuela, entre otros, han probado gracias al Populismo. Venezuela es el segundo país con las mayores reservas en gas y petróleo, y también es un país con la mayor inflación de América, sin mencionar el régimen que hoy en día el 22% de su población ha emigrado; de Cuba mejor ni hablamos.

El gobierno de López Obrador desde el día uno puso en marcha el ABC de los dictadores, usando el modelo del Foro de São Paulo y la ruta de Hugo Chávez; la mayor parte del plan le ha salido, pero el pasado 13 de noviembre se topó con una realidad que lo dejó frío. Miles de ciudadanos libres y pensantes salieron a las calles a expresar que no dejarían pasar un capricho del macuspano, y el mensaje fue firme y claro: NO MÁS.

Junto a muchos amigos estuve presente y pude ser testigo que nuestro país tiene esperanza y rumbo; muchos de los presentes en su momento quizás votaron por López, pero la confianza depositada ya no existe.

Cada uno de esos hombres y mujeres tiene claro que López Obrador sólo es un peligro en marcha. La mayor prueba de lo que aquí escribo fue la elección del 2021 en la CDMX, ya que por décadas fue bastión del modelo de izquierda que Obrador utilizó; y ahora se está perdiendo y eso es grave para su movimiento, ya que es un referente de lo que la sociedad expresa, por eso las alarmas; sólo basta observar que la marcha del pasado 27 de noviembre requirió del acarreo de los 20 gobernadores, diputados y senadores de Morena, así como el aparato de Estado aplicando el respectivo recurso público para mover a la mayoría de los ahí presentes.

La diferencia en los dos eventos es que el del 13 se realizó por un hartazgo y una convicción de que el país no es de un tirano; el del 27 fue el llamado del mesías por sentirse débil y expuesto ante el país. Todos los días necesita un espejo para repetir que es popular, aunque no pueda informar de algún resultado positivo, la gente no es tonta, aun entre sus seguidores saben que vamos a un abismo social, pero el silencio tiene precio.

Hace días, estaba en un transporte y una persona festejaba mientras escuchábamos que la reforma electoral presentada por López Obrador tenía plan B, y que la bancada de Morena y aliados aplicarían. Al ver su alegría y jubilo le pregunté: ¿por qué tanta alegría?, su respuesta fue: que ahora sí los partidos y el INE no podrían robar; mi siguiente pregunta fue: ¿no le parece que se está tirando más dinero con López Obrador en caprichos y ocurrencias? La respuesta fue que no, pero que eso no importaba. Después le dije que al final el dinero se terminaría y todos acabaríamos en crisis y pagando como siempre las malas decisiones. Él respondió que cuando eso pasara nos acabaríamos comiendo los unos a los otros. Continué y le pregunté ¿a qué se dedica?, respondió que era empleado; mi siguiente pregunta fue: ¿y no le preocupa quedarse sin empleo?, se quedó callado y el resto del viaje muy pensativo.

Las malas noticias son muchas, los que hoy detentan el poder gozan del cheque en blanco que se les entregó en 2018, pero como decía mi papa: todo principio tiene un fin.

Hoy, mi mayor preocupación es hacer mi parte para que mis hijos no vivan las crisis económicas que recuerdo en mi niñez y mucho menos que vivan en un país dominado por la ignorancia y el populismo. Pero, sobre todo, no llegar a vivir los escenarios que con sarcasmo respondió el fanático de López.

México es tan grande que ningún tirano puede con él, pero nos toca a cada uno decidir que país deseamos construir.

La frase de Morena es: “amor con amor se paga”, pero yo pienso que “el amor que se paga con dinero se convierte en prostitución”.

Saludos y ánimo, México está vivo y en pie de lucha.

Saúl Solís Franco
Presidente del Comité Municipal del PRI – Corregidora


Publicación de divulgación, correspondiente al segundo trimestre del ejercicio fiscal 2020.

Start typing and press Enter to search