Reforma electoral

Nuestro sistema político ha tenido cambios notorios, desde la forma de hacer política, comunicar y la forma de participar en temas relevantes de trascendencia local y nacional; sin embargo, es momento de despertar y reflexionar para usar la herramienta más poderosa “nuestra voz”, impactando con ideas propositivas para el bienestar de nuestra Nación.

No comulgo con líderes políticos que confunden, dividen, a una sociedad cansada de lo mismo; actualmente nos ocupa un tema relevante y controversial que propone el Presidente de la República, la “Reforma Electoral”, misma que trascenderá para las próximas generaciones; no obstante es importante resaltar la historia de nuestra democracia y remontarnos hace 30 años; nuestro país emprendió una lucha para proteger los derechos políticos, democráticos y poseer elecciones transparentes y fortalecida con el marco legal.

En ese tenor recordemos que el Partido Revolucionario Institucional ha sido un semillero y brindado una excelente formación política a líderes y cuadros; a decir verdad, en esencia unos cuantos actualmente militan en otro partido y omiten que la institución que los vio crecer construyó las bases de gobernabilidad y la de nuestra democracia.

En vista de que se creó el primer instituto autónomo democrático denominado Instituto Federal Electoral (IFE) y consecutivamente con las modificaciones de sus siglas al INE (Instituto Nacional Electoral); al presente con la propuesta que sólo cambiará sus siglas a INEC (Instituto Nacional de Elecciones y Consultas).

AMLO manifiesta que “el INE no desaparecerá”, de aprobarse continuará siendo autónomo, aunque muchos mexicanos y mexicanas tenemos incertidumbre en relación al contexto de esta reforma; dado que promueve la eliminación de los OPLES (Organismos Públicos Locales Electorales), los cuales han impulsado el funcionamiento de la democracia y brindado mayor certeza jurídica en las elecciones locales, para efecto de centralizar los esfuerzos en el cuidado de las elecciones locales por principio de mayoría relativa, tales como Ayuntamientos y Diputados Locales.

Cierto es que el mandatario de Estado se ha enfrascado en el proyecto de “Reforma Electoral”, para efecto de apalear el control en proceso democrático que sobreviene el próximo periodo del año 2024. Y no en los problemas que le conciernen a nuestro país, tales como la seguridad; como es costumbre el Presidente de la República, continuará velando por el interés colectivo de su partido y seguidores, bajo la premisa de considerar adversarios a aquellos que están en contra de su proyecto de Nación.

AMLO sostiene argumentos falaces, tal como “devolverle el poder al pueblo”, desde otra perspectiva, el hecho de someter a elección a los consejeros será meramente una simulación, dado que las 20 propuestas de candidatos consejeros emitidos por cada uno de los Poderes de la Nación, suman un total 60 candidatos; estarán privilegiados por el partido Morena, en virtud de que en el Congreso de la Unión existe mayor representación de Diputados Federales del partido Morena, en el Poder Ejecutivo actualmente gobierna Morena en 21 entidades federativas, y el Poder Judicial existe una gran influencia por parte del Gobierno Federal.

En resumidas cuentas, la selección de candidatos se podría ver viciada dado que los candidatos podrían simpatizar con la ideología política del gobierno en turno y existiría un favoritismo en la impartición de justicia democrática, perjudicando a los partidos de oposición. Por ejemplo, reducir el mal llamado “ahorro presupuestario”, reduciendo de 11 a 7 consejeros; desarticulando el funcionamiento de la democracia.

El partido Morena ha impulsado los procesos de participación ciudadana, sin embargo, no les ha favorecido del todo, debido a la poca participación que existió en los ejercicios para revocación de mandato y el enjuiciamiento de expresidentes, por lo que la reforma propone disminuir la participación en la consulta popular de 40% a 33% para ser vinculante y surta efectos legales.

Reducir el financiamiento a los partidos políticos para debilitar a los partidos de oposición de Morena, dejándolos sin recurso público en sus actividades ordinarias y verse imposibilitados en no poder difundir los desaciertos del gobierno federal y opacar aquellos que están en contra del Presidente. El financiamiento del recurso público para los partidos políticos se otorgará cuando inicien actos de proselitismo en época de campaña electoral.

La austeridad franciscana no ha sido bien vista, dado que existen contradicciones, sin apegarse a la corriente ideológica de su partido, al percibir como la familia y aliados del Presidente gozan de privilegios. No obstante, el recorte presupuestal de la democracia será más costoso, con los daños colaterales que llegaran a surgir.

Es momento de cerrar filas y acuerdos con los partidos de oposición y construir una verdadera alianza legislativa y política para hacer frente al partido político que malamente se ha engrandecido y se ha dotado de arrogancia, para pisotear derechos políticos y electorales; los invito a que continuemos con la reflexión y hagamos extensivo este mensaje a los legisladores federales para que en nuestra representación defiendan la democracia de nuestro país y continúe la pluralidad y la verdadera competencia en siguiente contienda electoral.

Camilo Medina Ramírez
Subsecretario de Activismo Político del CDE del PRI Querétaro


Publicación de divulgación, correspondiente al tercer trimestre del ejercicio fiscal 2020.

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