Partidos políticos y su decadencia
Si bien en nuestra Constitución, en su artículo 41, define con toda claridad la creación y funciones de los partidos políticos como la instancia del quehacer político y cuyo fin es la participación del pueblo en la vida democrática del país, así como fomentar el principio de paridad de género y hacer posible el acceso de los ciudadanos al ejercicio del poder público, entre otras cosas; lo que es una realidad es que cada vez menos ciudadanos confían en los partidos político, algunos estudios indican que sólo el nueve por ciento del electorado cree en ellos.
Un elemento fundamental en la caída o decadencia de los partidos políticos es sin duda la IDEOLOGÍA PARTIDARIA. La incipiente partidocracia provoca rápidamente el desgaste partidario; las alianzas electorales que se consolidan demuestran la debilidad de todos los partidos políticos y su ambición y oportunismo electoral para tratar de ganar contiendas electorales a como de lugar y a cualquier precio.
El problema es que después de las elecciones se siembran más dudas en la ciudadanía respecto a la identidad y línea ideológica partidaria.
Otro gran factor que incide en la decadencia partidaria es, sin duda, la LEALTAD PARTIDARIA, el descontento por parte de sus militantes a causa de los procesos poco transparentes y menos democráticos provoca la migración de la militancia a otros partidos donde sí puedan ser escuchados.
Con la aparición de candidaturas independientes algunos militantes encuentran un área de oportunidad para hacer política, pero en general con poco éxito en el quehacer político.
Si bien los partidos políticos son instrumentos de democracia, han hecho evidente en sus decisiones, para definir candidatos y alianzas, que dentro de su organización interna no brindan a sus militantes procesos democráticos para la toma de decisiones. Han dejado de ser un camino confiable para el ciudadano interesado en incidir en la vida democrática del país.
Los partidos políticos, con su MILITANCIA cada vez más pobre, tendrán que entrar a un proceso de reflexión para su supervivencia, con nuevas formas de hacer política; una militancia cada vez más capacitada en la ideología de su partido (¿en dónde estamos y a dónde vamos?), básicamente pulir a su militancia, con procesos internos tan transparentes como una esfera de cristal, pero, sobre todo, en el empate de plataformas políticas cuando se generen alianzas, con mucho respeto a nuestra forma de pensar; de no ser así, estaremos viendo el final de muchos partidos políticos y el gran riesgo de que el ciudadano busque el acceso al poder por otras vías, poniendo en riesgo nuestra democracia.
Finalmente, como decía el alemán Karl Loewenstein: “el Poder corrompe y cuando es absoluto corrompe absolutamente”.
Gilberto Pedraza Núñez
Secretario de Atención para Municipios en Oposición del CDE del PRI Querétaro
Publicación de divulgación, correspondiente al segundo trimestre del ejercicio fiscal 2022.