Todo es percepción

– ¿Por qué no le dais a la gente libros sobre Dios?
– Por la misma razón por la que no le damos Otelo;
son viejos; tratan sobre el Dios de hace cien años,
no sobre el Dios de hoy.
– Pero Dios no cambia.
– Los hombres, sin embargo, sí.
Aldous Huxley, Un mundo feliz

Estábamos tan mal que teníamos instituciones tan fuertes capaces de depositar el futuro de México en los frágiles hombros de una percepción de esperanza.

Vivimos una época en la que la capacidad de asombro es rebasada, nada nos llena. Si bien, el conformismo no nos lleva a nada bueno, la temeraria búsqueda de lo mejor tiene ese atisbo de peligro inminente de poder encontrar, también, lo peor. Después de todo, el mal es necesario para que exista el bien.

El profeta (para su servidor) e investigador italiano Giovanni Sartori ya conocía la película que vivimos actualmente en el mundo, la insatisfacción generalizada de los sistemas de gobierno y sus líderes orillan al pueblo a explorar nuevas alternativas, para tener un mejor gobierno; ese gobierno bueno en el que se sientan representados y seguros, en el que su gobernante posea la utópica barita mágica con el poder de terminar con la corrupción y enderezar jorobados. En el México contemporáneo esa búsqueda llegó al punto tal que, basados en un auténtico dogma de fe y misticismo, nació en un hombre la esperanza del cambio, entendiendo así que la reversa también es un cambio.

El enervante aroma de la percepción resulta ser el factor más importante para el futuro de los políticos, imagínese usted, el presidente AMLO tiene un 58% de aprobación gracias a un discurso lleno de simbolismos que fomenta, y regresamos a lo esotérico, una fe ciega entre sus seguidores que piensan que estamos mejor, aunque los muertos ahora sean más, los desaparecidos sigan ocultos, las refinerías no refinen y Pemex siga teniendo perdidas, aunque, dicen, ya no hay huachicoleros quizá ahora lleven otro apodo. Cuentan que es tal la devoción al líder supremo que un seguidor le afirmó a otro que los hipopótamos vuelan y como era de esperarse le pregunto que quien dijo tremenda aberración a lo que respondió que su líder, al escuchar esto, afirmo categóricamente que sí vuelan, pero poquito. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

De semejante manera, pero a contrario sensu, cuando los problemas eran que si el presidente se ponía mal las calcetas, me permito parafrasear al expresidente EPN que en sus tiempos tan mal estábamos que la economía del país crecía todos los trimestres, tan mal estábamos que la inversión extranjera directa rompió record, que pasamos de ser el décimo quinto país más visitado del mundo a ser el sexto, con 39 millones de turistas, tan mal, que pasamos a ser un país superavitario en el sector agroalimentario exportando más alimentos al mundo que los que tenían que importar. En lo que si estábamos mal fue en no saber cómo comunicarle al pueblo que tan mal estábamos.

Luego entonces, confirmo la tesis de que no todo lo que brilla es oro, con estas líneas no pretendo detener lo inevitable. Sin embargo, espero poder asustar lo suficiente para que las acciones no sean destronadas por las imágenes y el triunfo en las urnas sean determinadas por las propuestas y no por un publicista.

Oscar Altamirano Pérez
Dirigente del Movimiento Territorial,
Municipio de Querétaro